jueves, 24 de noviembre de 2011

Viaje al Norte de Ghana !! Edu & David & Dani

Comienza nuestra segunda gran excursión pero esta vez rumbo al norte.
Edu, Juan, David y Dani en la Bala
A las 6:30 todo el mundo estaba en pie para desayunar y David, Daniel y Edu tuvieron serios problemas para hacer la maleta porque no se les había secado la ropa tendida la noche anterior.
Con lo justo en la mochila nos encaminamos en la bala plateada (la furgoneta marista) hacia Kuadaso (donde viven María y Paula) para recorger  a los hermanos maristas que viven allí.
Ya siendo las nueve de la mañana nos pusimos rumbo al norte, exactamente a Jirapa (nuestro primer destino) El viaje fue largo como esperábamos, ocho horas y media de trayecto con dos cortas paradas, unos 550 km de distancia. Agradecer a los hermanos maristas que para el viaje teníamos suficiente comida y bebida como para poder afrontar las horas más cómodamente.
Una vez allí nos acomodaron en una residencia enorme que tiene la iglesia de Jirapa. Agradecer que todas las habitaciones tenían su baño propio.
Fuimos a Jirapa para asistir a una ceremonia en la que se entregaron los votos maristas de por vida para el Hermano Sebastian (está en la comunidad de Kuadaso) Esa misma noche cenamos en la residencia y nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo con varios novicios y profesores para tomar y conocerlo.
Edu, Dani y David
 La ceremonia tan esperada se celebró el sábado por la mañana con una larga misa de 4 horas aproximadamente. Para comenzar nos llevamos la primera sorpresa porque el cura nos nombró a los españoles teniéndonos que levantar uno a uno para saludar a toda la iglesia, hicieron lo mismo los novicios y los hermanos maristas. Tras esto llegó el discurso pertinente de toda misa, de unos 45 minutos, una vez terminado se centraron en lo importante de la ceremonia que era el dar a Sebastian los votos perpetuos como Hermano Marista, destacar de esta parte que tuvimos que levantarnos novicios, hermanos y españoles e ir al altar a felicitarle por ello uno a uno de una forma peculiar que ya os mostraremos en España.

Tras la parte importante de la ceremonia centrada en Sebastian se continuó como una misa de cada domingo.
Terminado todo nos fuimos a comer todos juntos a un local cercano a nuestra residencia, donde probamos el Pitó(bebida alcoholica típica del norte de Ghana) había que beberlo del tiempo de Ghana, es decir, muy caliente, a nuestro parecer estaba malísimo.
Los españoles dando espectáculo
Tras la comida fuimos a descansar lo justo ya que en una hora jugamos un partido profesores del colegio Marcellin Champagnat contra profesores del colegio de Kuadaso, decir aquí que ganamos 3-2 con la reaparición de David después de 4 meses sin jugar por su operación. El partido fue de extrema dureza por las entradas sufridas y por el polvo y calor del norte. Rosa, María y Paula vieron de primera mano la dureza ya que fueron las animadoras por nuestra parte.
Tras una ducha y la cena en la residencia tras mucho buscar encontramos un sitio donde ver el partido del Mardid-Valencia (que por cierto ganó sin irregularidades) Una vez terminado nos fuimos a dormir preparándonos para el día siguiente que sin saberlo se nos presentaría durísimo.
Ya domingo por la mañana nos levantamos en nuestra residencia con intención de ir a la misa pero justo antes de empezar nos cambió Juan los planes de improvisto ya que le informaron de que solo salía un autobús de Wa (pueblo grande capital de la comarca de Jirapa) a Mole Park (nuestro segundo destino en esta excursión)
En la lata de sardinas
Esta parte de la excursión la realizamos María, Paula, Juan, David, Daniel y Edu. Mientras que los novicios y maristas regresaron a Kumasi.
Para llegar a Wa tuvimos que coger una trotro horrible en la que íbamos como sardinas en lata durante hora y media de trayecto. Tras ello cogimos un metro bus(el pero autobús de Ghana) en Wa para llegar a Damongo (pueblo cercano a Mole Park)


El viaje entre Wa y Damongo se estipulaba en unas 4 horas pero a la tercera hora de camino (es decir a las 17:00) tuvimos el mayor de los desastres para nosotros en Ghana. De repente el autobús paró en una pequeña aldea de una tribu del norte porque se nos reventó una rueda. 
Rueda del autobus

En principio el conductor dijo que se repararía rápido y sin problemas, pero para nuestra sorpresa vimos que no tenía rueda de repuesto así que tuvo que pedirla en Tamale (ciudad más grande del norte a 4 horas del lugar del suceso)
Ya sabíamos que iba a ir para largo asique nos pusimos a jugar al fútbol con los niños de la tribu y a cantar, a bailar… en fin, a pasar el tiempo lo mejor posible. Lo peor llegó cuando se nos hizo de noche y vimos que la aldea no tenía luz ni agua. Los nervios comenzaron a acechar ya que no llegaba la rueda y ya eran las 19:30 de la tarde, dar las gracias a una mujer de la aldea que nos hizo una cena típica del norte llamada TZ sólo para los obroni del autobús (es decir para nosotros los blancos) Llegadas las 20:15 de la noche se aproximó otro metro-bus para coger sólo a los obroni (los Bibini, es decir, las personas de color se quedaron esperando la rueda que nunca vimos llegar tras más de tres horas de espera tirados)
Jugando con los niños de la aldea
                Este autobús en lugar de llegar a Damongo nos llevó directamente a Mole Park por las molestias. Mole Park  es un Parque Nacional en el que puedes ver diferentes animales viviendo en libertad total. Para entrar al Parque Nacional nos cobraron 10 cedis por cabeza.
                Nos impresionó la cantidad de Obroni (unos 30) que había en el Hotel y las instalaciones (con piscina incluida) Nos asignaron unas habitaciones y nos fuimos a dormir ya que estábamos muertos tras   el duro imprevisto   con el autobús.
                Nos levantamos a las 6:30 de la mañana del Lunes para desayunar porque a las 7:00 comenzaba nuestro safari caminando entre animales.
                El desayuno nunca llegó porque se nos hizo tarde y para colmo un mono nos robo nuestras provisiones (unos 5 plátanos) y se los zampó delante de nuestra geta en tiempo récord y con mucha clase.
Babuino con nuestros platanos
                Llegadas las 7:00 comenzamos el safari, decir que nos costó 3 cedis por hora por cabeza el guía.  En primer lugar vimos unos pumbas (estos están por todos lados viviendo con las personas), en segundo lugar vimos unos monos, seguidamente vimos unos antílopes (diferentes tipos), tras ello vimos un par de cocodrilos (díficiles de ver porque rápido se sumergen en el lago), diferentes tipos de pájaros, enormes hormigueros y la estrella del Parque Nacional que no todos los días se pueden ver ya que no siempre van al lago a por agua, los elefantes (tuvimos la gran suerte de poder ver tres ese día), fue lo último en ver ya que tras ello nos encaminamos al punto de salida.
                A las 12 comimos en un sitio típico africano con los pumbas alrededor, nos echamos la siesta y tras la siesta se dividió el grupo.
Por un lado se fueron María, Juan y David a Larabanga  (pueblo cercano al Parque) en moto. Fueron con el objetivo de comprar shed butter (una crema para la piel) pero al final desistieron y acabaron viendo el pueblo guiados por dos guías. Pudieron ver el colegio del pueblo, subir al tejado de una habitación por una escalera hecha con un tronco de árbol donde tenían secando alimentos y donde duermen en noches de mucho calor, vieron también las pizarras en la calle que eran para dar clases particulares a los niños del pueblo. Estuvieron intentando hacer un poco de fufuo (una comida típica africana)pero pronto desistieron  y acto seguido charlaron con la jefa del pueblo que era una señora muy mayor. Les  enseñaron también  un libro donde habían escrito todos los voluntarios que habían estado antes en este pueblo(estos enseñaban a hacer camisetas a las mujeres de Larabanga) y por supuesto ellos también dejaron su huella en él, escribiendo y donando 20 cedis al pueblo. Para regresar al hotel María se fue con una furgoneta que iba llena de obronis que se dirigían a la casa y Juan y David volvieron en moto (los dos y el conductor en la misma).
Elefantes
Por otro lado Daniel, Paula y Edu estuvieron en la piscina del hotel dándose un chapuzón y tomando el sol con unas maravillosas vistas en las que disfrutaron de los elefantes que se veían a lo lejos en el lago y de monos que estaban alrededor de la piscina, también mencionando unas chicas muy guapas obroni. En la piscina había muchos guiris, Edu enseñó a nadar a un Bibini, le impartió unas clases de natación básicas ya que no sabía ni flotar. Una vez se hizo de noche el mono volvió a sus fueros y pasó a un metro de nosotros y con descaro se subió a la mesa del hotel en la que estaban unos guiris cenando y les robó la cena (esta especie de mono es de las peores ya que roban día si día también)
Nos pegamos una ducha y cenamos. Tras la cena y nos tomamos algo y charlamos con el Bibini y con una médico Danesa durante toda la noche.
A las 4 de la mañana de esa misma noche nos encaminamos a Tamale con algunos obronis más, fueron 4 horas en metro-bus, al llegar a Tamale, al bajar del autobús la chica más guapa de la piscina del día anterior (que viajó en nuestro mismo autobús) le dio a Edu inesperadamente un papel con sus números de teléfono tanto de Ghana como de Alemania (su país) y su facebook y le dijo que la llamara si quería. Fue bastante graciosa la situación porque nunca habíamos hablado con ellas.
Cogimos otro autobús a las 9 de la mañana para llegar a Kumasi a las 16:30 de la tarde y tras ello un taxi   a casa.
En total casi 13 horas de viaje de vuelta desde Mole Park a Kumasi. Llegamos fundidos pero encantados por una gran experiencia más vivida en Ghana.

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