Ayer, domingo os dije por la mañana que iba a ser un día tranquilo pero al final no lo fue tanto. Por la mañana tocó limpieza de la habitación, baño y vestidor ya que no había tenido tiempo ni el viernes ni en sábado.
Mientras estaba limpiando nos enteramos de que el Asante Kotoco jugaba a las 16:00 de la tarde. El Asante kotoco es el equipo de fútbol de Kumasi que junto con el de Accra es el mejor del país.
Como he dicho antes el partido empezaba a las 16:00, por lo que nada más acabar de comer Edu y yo nos marchamos al estadio donde nos encontraríamos con María y Paula, pero en el taxi nos enteramos que el partido, y aun no sabemos el motivo, empezó a las 15:00.
Llegamos al estadio cuando el partido llevaba 30 minutos de juego pero aun con el marcador empate a cero y aun así por 3 cedis (1,50 euros) merecía la pena.
Ayer me quede impresionado nada más entrar al estadio ya que se puede asemejar a cualquier estadio de un equipo de primera de la liga española con un buen presupuesto. El estadio de la ciudad además es nuevo porque lo construyeron para la copa de África que se jugó aquí hace unos 3 o 4 años. El ambiente que se respiraba era impresionante, había gente tocando las bubucelas, un grupo que no paro de tocar los tambores ni un segundo en todo el encuentro, gente bailando y además con una buena entrada.
El Asante kotoko ganó uno a cero, además de jugar bien.
Pasamos una tarde de domingo divertida con fútbol y además llegamos para la hora de cenar.
Esta mañana hemos ido, de nuevo a inmigración para llevar la carta que nos pedían y pagar los 40 cedis. Ya está todo resuelto y lo único que nos queda es ir a recoger el pasaporte al final de la semana que viene. Después de inmigración fuimos a hacer unas compras y casi sin querer tuvimos que entrar en el mercado del centro de la cuidad. Tras agobiarnos en el mercado, que sea el día que sea está lleno de gente, nos fuimos a ver a las Hijas de la Caridad.
Éstas son unas monjas que hacen una labor grandísima aquí en Kumasi. Un día os hablé de unas niñas que venían del norte de Ghana para trabajar en el mercado transportando productos de las tiendas del mismo, con una palancana que llevan en la cabeza, alrededor de todo el centro de la ciudad. Además hay adolescentes que vienen también para trabajar, pero en muchos casos se encuentran con que solo les queda la salida de la prostitución.
Estas monjas se dedican a dar un sitio en el que descansar por el día ya que por la noche duermen en la calle, un sitio en el que asearse, en el que comer, en enseñar inglés y algunos oficios como el de costurera, peluquera… estas niñas que vienen del norte. Casi todas estas niñas cuando crecen tienen hijos, los cuales cuando sus madres salen a trabajar van a este lugar donde estar las monjas.
Ahora las Hijas de la Caridad están construyendo otro edificio, ya que el que tenían lo demolieron, pero este más orientado a las mujeres que tengan bebés, a parte, de las mismas funciones que tiene el que hemos ido a visitar esta mañana.
Estas niñas cobran 20 pesewas (10 céntimos de euro) por los productos que venden en cada palancana. Esto si no se encuentran con el tema de la prostitución, imaginaros la situación en la que están…
Esta es la cruda realidad de una gran parte de niños y adultos que tienen que vivir en condiciones por debajo de lo considerado “humano” para poder vivir un día más.
Después de la visita acabamos de hacer compras que teníamos previstas y volvimos a casa para comer y a descansar que mañana volvemos al colegio.
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